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Empoderamiento Endeble

Publicado: 2018-11-20

Formalmente EMPODERAMIENTO significa que un grupo desfavorecido o vulnerable tiene mayor participación en política, economía, salud, etc. Y a través de la cual, se logra una mejoría y disminución de las desventajas o los problemas que aquejan a tal grupo. Es un concepto que se entiende de forma colectiva, como todo dentro del feminismo. 

El sistema patriarcal tiene un mecanismo de defensa que trivializa estas herramientas y procesos colectivos, los cuales persiguen la recuperación de espacios, de esa forma por ejemplo es que ahora se habla de un empoderamiento basado en la voluntad individual, que pregona el tan gastado postulado neoliberal de que somos tan exitosas según como y cuánto estemos dispuestas a trabajar.

A las mujeres nos discriminan laboralmente, existe una brecha salarial cercana al 30%, muchas sufrimos acoso sexual en el ámbito laboral, se despide arbitrariamente a embarazadas, doblamos la cifra de hombres entre 18 y 24 años que no trabaja ni estudia, y así podríamos seguir enumerando cifras tras cifras que retratan la enorme brecha que existe entre hombres y mujeres y que definitivamente no se reducirán si trabajamos más.

Las mujeres que somos madres debemos subemplearnos para no sacrificar tiempo de crianza o porque tenemos la imposición de ser únicamente nosotras las que nos encargamos de ella, otras veces, de forma independiente montamos un negocio, luchando no solo con dobles y triples jornadas sino con la incertidumbre económica, la maternidad autónoma, los juicios por alimentos que tardan eternamente y todo lo que el sistema nos pone encima solo por nuestro sexo.

En este contexto, existen empresas que se cuelgan de la lucha feminista para hacer negocio, que lucen una bandera de aliados y que finalmente solo buscan lucrar, y básicamente ese es el criterio que debemos evaluar: si una campaña “feminista” es muy redituable entonces hay que sospechar.

Está de moda en señal abierta hablar de los problemas que nos aquejan, parece que se quiere regresar a aquella época en que regalar un carrito sanguchero era ejemplar y aplaudible, solo que ahora te ofrecen bonos, pavos, descuentos en maquillaje, etc.

En general usar capital de terceros se convierte en un laberinto de endeudamiento, el sistema bancario no desconoce la realidad de las mujeres del país, no son ajenos a la realidad de las mujeres que se dedican a actividades agrícolas, sin embargo muchas de ellas desisten pronto de la idea de solicitar créditos financieros por un desánimo y pesimismo justificados en la nada grata experiencia de ser la mujer a cargo en un país que nos subestima en todos los niveles y de las que se atreven a continuar con el proceso crediticio, muy pocas lo consiguen debido a las restricciones que existen.

Las cosas van cambiando a paso de tortuga, tenemos una ínfima representación en los poderes del Estado y por ello poco se legisla en favor de nuestros derechos, y ese es un terreno crucial que debemos recuperar para que mujeres hagan política para más mujeres.

Si el empoderamiento trivial no comprende que las mujeres además de trabajar por un sueldo o tener un negocio independiente tienen que llegar a casa a seguir trabajando o llevar a sus hijas e hijos a cuestas todo el día, se queda en la solución superficial, maquillando la situación, si no se contempla la explotación que mayoritariamente se ejerce sobre las mujeres y se acentúa en las zonas rurales, solo será un saludo a la bandera.

Una política de empoderamiento debe generar una mayor participación de la mujer en temas de política, esta debe alentarse desde la niñez aboliendo los estereotipos, para que las niñas sean educadas, para que no sean obligadas a abandonar la escuela ni a ser madres, para que en un contexto de igualdad o de la lucha por ella crezcan haciendo suya la idea de que no existen restricciones.

Una política de empoderamiento adecuada debe promover la corresponsabilidad para que no seamos las que más trabajan sin remuneración, y las más desempleadas por decidir ser madres.

Una política de empoderamiento debe contemplar que las mujeres somos madres autónomas, que los juicios por alimentos tardan una eternidad, que la incertidumbre económica nos traga completas y no hay charla motivadora o capacitación ambulatoria que nos devuelva la estabilidad.

Empoderadas estaremos cuando tengamos derechos y autonomía, mientras tanto dejemos de llamarle así a las “soluciones” superficiales y al nuevo cliché neoliberal que lucra y se lava la cara con nuestra causa.

Texto original de Kem Kemper


Escrito por

Kem Kemper

Devoradora de libros y de diferentes formas de arte, Feminista declarada hace poco, pero rebelde con causa y justa razón desde siempre.


Publicado en

soyaukasisa

Comunidad feminista.