La fragilidad masculina
El machismo no solo es una tara social que cobra víctimas a diario, en sus expresiones más mínimas y sutiles convierten al hombre en un ser incapacitado de sentir empatía, vanagloriándose en la ilusión de poseer siempre la razón, burlándose de lo que no entiende y despreciando lo que según él es inferior, o sea todo lo relacionado a lo femenino.
Podemos imaginarlo como las anteojeras que le ponen a los caballos para que no se distraigan, funciona de manera similar, manteniendo la visión del hombre en un carril que no se aleja mucho de la perspectiva única e inquívoca de la que lamentablemente presume.
Para el machista cualquier cosa que tenga que ver con lo femenino es indigno de él, paupérrimo, burdo, que sirve para humillar a sus iguales, es decir; otros hombres.
Nunca he oído de una mujer que se burle de otra por usar pantalón, o una camisa.
Pero para insultar a un hombre basta sugerirle que se ponga una falda, si usa una crema facial ya es "mariquita", su visión de las cosas está tan estereotipada y fragmentada que si algo se sale de ese encasillamiento mental de rosa y azul ya es insultante o cuestión de chiste.
La masculinidad que ostentan es frágil, sostenida por dogmas que al resquebrajarse provocan reafirmaciones violentas que segregan y maltratan, y hasta matan.
La violencia machista no es más que el resultado de esa desesperación por reafirmar una débil identidad, basada en falsas teorías en las que el hombre es amo y señor de todo sobre la tierra, quien crece creyendo en mayor o menor medida en esos supuestos, al ver el vació a sus pies pataleará y se agarrará a lo que encuentre, aunque sea la garganta de su compañera.
Debemos educar a los niños para que su identidad no se establezca sobre bases tan endebles como la supuesta superioridad sobre las mujeres como clase o sobre lo femenino, para que lo diferente no sea motivo de burla y no demuestre siendo adulto estar a años luz de lo que es una sociedad de iguales, o de quienes construyen sus bases para serlo.
Texto original de Kem Kemper