Es prácticamente un mito, los abuelos hablan de esa época dorada del fútbol peruano con añoranza y orgullo. Aún ahora a pesar de todo seguimos llamándonos a nosotros mismos un país futbolero, porque no importa si no estamos entre los primeros del ranking fifa, o si no tenemos figuras representativas de talla mundial, los pequeños en el jardín ya están con la pelota, los primos se reúnen para jugar por equipos, los amigos hacen juntadas para pichanguear y la esperanza de clasificar no muere. Los números, la matemática, la mala organización de los clubes, la falta de inversión de parte del estado para el deporte y la educación, la falta de infraestructura y un sin fin de razones nos ha llevado a estar muy lejos de la clasificación al mundial de fútbol y ni hablar de obtener la copa, que es también otro mito que alguna vez estuvimos cerca de ganarla. Sabemos a ciencia cierta quiénes son los responsables de hacernos quedar constantemente en el fondo de la tabla, pero nuestra esperanza de clasificar no muere y no va a morir. 

En síntesis los números no mienten, somos un país de violadores… ¿cómo? ¿qué pasó? Pues eso, que los números, la matemática, la mala organización de nuestra sociedad, la falta de inversión de parte del estado en educación y cultura, la falta de infraestructuras sociales de desarrollo y un sin fin de razones nos ha llevado a encabezar la lista de los países más peligrosos para las mujeres, y no importa qué fuente se busque, que institución u organismo internacional se consulte, los números van a seguir diciendo lo mismo. Sabemos a ciencia cierta quiénes son los responsables, pero no nos detenemos a pensar al respecto.

Hay algunos temas que tratamos con mucha sensibilidad, sobre los cuales investigamos exhaustivamente, buscamos fechas, datos, razones y responsables, no así con la violencia de género y los feminicidios que azotan al Perú. A una semana del censo, la realidad y los nuevos números que nos ha dejado el proceso, nos devuelve una visión del país que nadie quiere aceptar, pero que tenemos que combatir todos juntos y pateando al mismo lado. Los datos están disponibles para todos, incluso para las autoridades que se ponen la camiseta roja y blanca de la selección pero que parecen no tener ni idea de la realidad terrible que sufrimos las mujeres en Perú. No es sólo la violencia, es la falta de oportunidades, es estar relegadas y ocultas históricamente para beneficiar a los poderosos, es la falta de educación que recibimos por el hecho de ser mujeres, es tener que quedarnos a cargo de los cuidados familiares por ser mujeres, es cargar con toda la responsabilidad de la maternidad por ser mujeres, es estar invisibilizadas en la sociedad por ser mujeres, es estar siendo asesinadas sistemáticamente y que nadie se horrorice al respecto.

¿Y si comenzamos a interesarnos por la realidad de las mujeres en el Perú? ¿Si empezamos a investigar sobre cifras y nos detenemos a pensar por qué pasan estas cosas? ¿Si dejamos de enorgullecernos del machismo marca perú que nos invade y hacemos algo para cambiar la realidad de nuestra sociedad?

¿Qué tal si de verdad nos ponemos la camiseta para evitar que nos sigan matando? ¿Qué tal si comenzamos a cambiar las cosas para que dejemos de ser conocidos como #PerúPaísDeVioladores?

Texto original de Lara Salvatierra