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Precariedad Laboral en Perú - Foto Kem Kemper

Mujer y Subempleo

La desigualdad no es una mera ilusión o producto de una teoría conspiranoica que tan de moda sirve como ‘argumento’. Esta se ilustra en brechas que a nivel estadístico son más que evidentes y que se traducen inevitablemente en el estilo de vida de las mujeres de todo el país.

Publicado: 2017-10-19

20 aguaymantos por un sol, ese es mi snack de media tarde, algunas comen piña, mandarinas o manzanas, todo de temporada, lavado, en su bolsita y listo para consumir. 

En el Centro de Trujillo, en el área más conocida como Zona Franca se encuentran las galerías de venta de calzado que son el punto final de la principal actividad económica en esta ciudad, la fabricación y venta de calzado, de la que derivan las demás actividades, en su mayoría informales que permiten la supervivencia de muchas familias.

Las ventas ambulatorias de ropa, zapatos, juguetes, fruta, comidas; etc son llevadas a cabo en su mayoría por mujeres, y más de la mitad de ellas son madres. ¿cómo lo sé? , pues porque traemos a nuestras crías al trabajo, algunxs crecen en estas galerías cuyos recovecos tenemos que memorizar para ir y venir hasta los grandes almacenes, y en cuyos pasadizos las niñas y niños corren y juegan al cuidado de todas las que atendemos los stands de venta de calzado.

Hay vendedoras de frutas con sus bebes cargados a la espalda con un rebozo, hay vendedoras de bolsos en la vereda, con el cochecito del bebé a un lado y dando de lactar bajo una sombrilla de colores brillantes, y que sin guardar la teta venden, regatean, empaquetan y dan vueltos y gracias.

Vendedoras de comida, refrescos y postres cuya venta diaria es su sustento y en muchos casos el único del hogar.

Admiro mucho a esas mujeres, formamos pequeñas tribus en las que recibimos consejos de las mayores y los niños reciben adicional protección en los días de trajín. Especialmente noto la fuerza de esas guerreras que se arriesgan en la calle, con sus carritos en los que pelan y exprimen frutas, para el corazón lima, para los trigliceridos toronja con piña, y naranja para la sed. Me sorprende su valentía a diario, cuando se enfrentan a los policías municipales, defendiendo su fuente de susteno y jalando a sus pequeñxs con ellas.

Pero no me quedo ahí, me preocupa todo el peso que cargan, la casi entera responsabilidad de la maternidad que absorbe y monopoliza el tiempo, los recursos y la vida, y me pregunto cuántas de esas mujeres, muchas madres solteras pudieron terminar la secundaria al menos.

La realidad no es una combinación aleatoria de casualidades, los índices de alfabetismo (hombres 99.9% y mujeres 90.4% al 2014), y la brecha de género que existe en el ámbito educativo (el 85.7% de los varones entre 12 y 16 años reciben educación en contraparte con el 81.9% de mujeres en el mismo rango de edad) son una causal de la precariedad laboral que con más preponderancia afecta a las mujeres. (Del total de población con empleo adecuado 63.7% son hombres y el 36.3% son mujeres).

La brecha existe en esos y muchos otros sectores, y es un síntoma más de que el sistema imperante y opresor no apuesta por una mujer educada, en nuestra cultura hay situaciones conexas entre sí y parte del mismo problema en los que se niega educación a las niñas, reduciendo sus oportunidades laborales en el futuro, conminándolas al hogar y el área doméstica o a la precariedad laboral e informalidad.

Una vez madre tendrá menos oportunidades aún, no podrá en la mayoría de casos empezar o culminar estudios superiores si con suerte terminó los secundarios, y si es una mujer universitaria tendrá opciones limitadas para graduarse y realizar una posterior especialización y ya que la maternidad está impuesta solo en las madres, ella tendrá que estar en constante sacrificio en la crianza de los suyos o tiempo para si misma y su desarrollo profesional, haciendo malabares para conjugar a la ama de casa, la mujer profesional, la madre y la esposa si se da el caso.

El Estado debería garantizar un acceso totalitario de niñas y niños a las aulas, una adecuada educación sexual y anticonceptiva con enfoque de género en esta y las demás áreas del sistema educativo, debería regular que esas mujeres que son madres puedan acceder a un trabajo digno que les permita a su vez crecer profesionalmente sin sacrificar la maternidad de forma tajante, es justo también que existan políticas públicas que permitan a las trabajadoras informales y ambulantes adquirir un estatus legal como agentes económicos, en aras de su crecimiento y mejora constante y debería por sobre todo fomentar igualdad entre sus ciudadanos, para que no seamos las más perjudicadas en un sistema deficiente que nos tiene por debajo de todo lo demás, como la última rueda del coche, y que nos niega las herramientas para tener un mejor y digno nivel de vida.

FUENTE: INEI

Texto original de Kem Kemper


Escrito por

Kem Kemper

Devoradora de libros y de diferentes formas de arte, Feminista declarada hace poco, pero rebelde con causa y justa razón desde siempre.


Publicado en

soyaukasisa

Comunidad feminista.