El machismo es el mayor problema educacional del Perú. Nuestra sociedad está sumergida en la idea retrógrada que dice que los hombres son mejores que las mujeres, que dice que la mayor cualidad de las mujeres es su belleza y no sus logros académicos, que dice que un hombre puede disfrazar de galantería un comportamiento no solicitado en un espacio profesional.

El ejercicio de imaginar la misma situación cambiando los protagonistas, o sea, que una ministra se despida de un ministro diciéndole "Ven cuando quieras, quiero que me visites lo más que puedas. Además, con un ministro tan hermoso”, aunque difícil, es un ejercicio necesario para sacudirnos y abrir la mente para criticar aquello que nos han impuesto desde siempre y que ahora es totalmente "normal" cuando en realidad no debería serlo.

No es una exageración de nosotras las feministas señalar este tipo de comportamientos, sobretodo porque la mayoría de personas aún es incapaz de identificar la violencia que la frase del recién nombrado Ministro de Educación Idel Vexler le soltó a la saliente ministra Marilú Martens: eso que Vexler luego dijo que era una galantería es la normalización de un comportamiento machista que nos perjudica a nosotras las mujeres.

Detengámonos a pensar al respecto, Vexler puso la belleza de Martens por encima sus capacidades intelectuales, no le dijo "Ven para hablar de temas de Educación", tampoco le dijo "Ven a visitarme para revisar juntos la curricula escolar porque necesito tu consejo al respecto", ¡No! le pidió que vaya a visitarlo porque ella es muy hermosa. Con esa sola frase Vexler minimizó cualquier logro que Martens haya podido tener, reduciendo todo a su belleza, de esta manera el trabajo de Martens se refiere a una mera actividad decorativa.

El hecho que luego la ministra de La Mujer Ana María Choquehuanca haya salido a decir sobre la frase de Vexler a Martens que ese tipo de comentarios es algo "que se presenta y ahí queda" refleja nuevamente el nivel de machismo que impera en nuestra sociedad, lo más terrible de todo es que si esos son los comentarios de nuestras autoridades, entonces ¿qué nos espera al resto de la ciudadanía? Si los dos ministerios más importantes para la lucha de la erradicación del machismo en nuestra sociedad están liderados por personas tan poco ilustradas en el tema, lo único que nos espera es que la situación empeore.

Pero no hay que perder las esperanzas, porque las feministas estamos atentas y organizadas, y cada vez somos más las que luchamos a diario por cambiar la realidad que vivimos, para que en un futuro, ojalá, no muy lejano, podamos disfrutar de la igualdad y la libertad que merecemos, porque las mujeres no somos cosas, no somos objetos decorativos, las mujeres somos personas y ya no tenemos miedo.